Me gustaría que
llorases conmigo.
Cuando lo hago sola
parece una ilusión.
Pero, estoy segura de que
si me abrazases cuando
perdiese esas lágrimas
sería real. Porque sé que
cuando me miras,
no pierdo sonrisas en vano.
"Bota, bota la pelota"; cantaba el niño. "Bota, bota la pelota". Y seguía botando, botando y más y más fuerte. Demasiado fuerte. El niño con miedo se volvió una bola de carne infantil. "Bota, bota la pelota". Botando la pelota se fue. El niño, jugando a ir por la pelota, en el bosque se adentró. Y rodando y rodando la pelota siguió y el niño más se adentro. Por desgracia una trampa para osos pisó y el dolor apareció. El tiempo pasó, el niño más sangre veía y la razón perdió al ver sus manos rojas, un perro venía con la pelota. "Bota, bota la pelota". El niño no quería volver a ver la pelota, gritos y lloros se escucharon en el bosque. Que pena al final la hemorragia ganó a papá y a mamá. "Bota, bota la pelota".
sábado, 4 de octubre de 2014
Que el mundo diga
lo que diga pero,
no siempre se es
feliz y ahora me
siento sola.
Está volando cerca mía,
pero se aleja y ya no puedo
acariciarla con mis pupilas.
Tú también te has ido
como esa mariposa.
Pero sé que tú volverás.
Eso es lo importante.
En el mundo se llora todos los días,
los pájaros escalan el cielo,
el viento mueve esa hoja verde,
yo llevo su pulsera,
se hace de día,
se hace de noche,
se vive y
se muere.